Las empresas siguen reclutando como si estuviéramos en 1990. Publican una oferta, reciben cientos de CVs, filtran por palabras clave y hacen entrevistas basadas en preguntas genéricas. Después, contratan a alguien que cumple con los requisitos en papel, solo para darse cuenta meses después de que no encaja.

📌 Dato: El 89% de las malas contrataciones no fallan por falta de habilidades técnicas, sino por problemas de actitud o fit cultural (Deloitte, 2023).

Los métodos tradicionales de reclutamiento no predicen quién va a funcionar en el equipo. Predicen quién sabe armar un buen CV o quién tiene experiencia en entrevistas.

¿Por qué están quedando obsoletos?

1. Filtran por lo que importa menos

La mayoría de los procesos descartan candidatos por razones irrelevantes:

• Falta de ciertas palabras clave en el CV.

• No cumplir con un número arbitrario de años de experiencia.

• No haber trabajado en empresas de renombre.

Mientras tanto, las habilidades más valiosas (resolución de problemas, creatividad, adaptabilidad) ni siquiera se evalúan bien.

2. No miden compatibilidad real con el equipo

Una buena contratación no es solo alguien que tenga las habilidades técnicas correctas. Es alguien que encaja con la cultura, que comparte la visión y que va a hacer que el equipo sea mejor.

Pero los métodos tradicionales evalúan candidatos como si fueran elementos reemplazables, sin considerar lo que realmente pueden aportar más allá de su experiencia.

3. Son lentos y costosos

Las empresas tardan en promedio 36 días en contratar a alguien (Glassdoor, 2023). Mientras tanto, los mejores candidatos reciben otras ofertas y el proceso se vuelve un desperdicio de tiempo.

• Publicar la oferta → Recibir CVs → Filtrar manualmente → Hacer entrevistas innecesarias → Perder talento en el camino.

• La mayoría de estos pasos podrían eliminarse con una mejor forma de conectar empresas con talento.

4. Se enfocan en el papel, no en la persona

Un CV no te dice quién es alguien. Tampoco lo hace una entrevista estructurada con preguntas repetitivas.

Lo que realmente importa:

• ¿Puede resolver problemas reales?

• ¿Se adapta al equipo y comparte su visión?

• ¿Tiene la actitud y el empuje para crecer en el puesto?

Nada de eso se ve en un proceso de selección tradicional.

El futuro del reclutamiento no es más filtros. Es mejores conexiones.

Las empresas que contratan mejor no lo hacen con más burocracia. Lo hacen con procesos más humanos, más rápidos y más alineados con la realidad del trabajo.

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